EL PASADO Ya han quedado casi en el olvido los tiempos en que las declaraciones de impuestos se hacían sobre papel transcribiendo los datos con máquinas de escribir mecánicas y papel de calco, las colas ante la Tesorería General de la Seguridad Social para presentar las altas y bajas de trabajadores, los sobres marrones con el importe de la paga y la nómina entremetida, las cartas comerciales rectificadas con “Tipp-ex de polvillo” o las registradoras manuales en tiendas e “hiper-mercados”. EL PRESENTE Tanto en el sector público como en el privado se ha apostado por nuevas tecnologías que permiten realizar operaciones oficiales desde casa, consultar el periódico desde nuestro ordenador, archivar el contenido de una biblioteca en dispositivos más pequeños que una llave, etc. Mientras que la Administración Tributaria o la Seguridad Social está obligando a los contribuyentes y cotizantes a realizar las operaciones vía informática, cuando las facturas de empresas